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Richie & Trevor

Hoy me acordé de Richie, un Neo Zelandés muy buena persona con la cual tuve la oportunidad de trabajar durante tres meses en un hotel llamado Millenium, que está ubicado en Rotorua, Nueva Zelanda. Richie tenía mucha experiencia como mozo, y se notaba que disfrutaba de su trabajo. Tenía unos treinta años, era muy introvertido y además era gay.


Con Richie, nunca tuvimos la oportunidad de conversar más allá del trabajo mismo, el cual consistía en atender las mesas que estaban en el área de la piscina del hotel, en que cada noche se realizaba un evento culinario con shows, que consistían en una serie de representaciones de la cultura Maorí, donde decenas de actores vestidos con típicos ropajes, junto con sus armas y emblemas aborígenes, encantaban a los turistas con bailes y rituales, mientras estos disfrutaban de la cena llamada"hangi", la cual es la comida típica de esa cultura.

-Muy parecido a lo que vendría siendo para nosotros el curanto-.

Con Richie trabajábamos armoniosamente, bajo la dirección de nuestro jefe ; Trevor, quien también era gay y muy buena persona. Sin duda el mejor jefe que jamás he tenido. Era amable, cordial, respetuoso y alegre.

Trevor siempre estaba contento y era muy dedicado a su trabajo.

Me era muy gracioso verlo siempre a toda velocidad yendo de la cocina al comedor, perfeccionando todo lo que encontraba a su paso. Su forma de caminar era muy divertida, pues como siempre estaba acelerado, parecía una avestruz, ya que al desplazarse, metía las puntas de sus pies hacia adentro y sus talones se abrían hacia los costados en cada zancada que daba, mientras sus codos estaban levantados y su muñecas caían hacia adelante. Un buen día mientras se desarrollaba un hangi a una centena turistas taiwaneses de la tercera edad, un cliente que no hablaba inglés me llamó y me pidió por medio de gestos -body languague- que le trajera un mondadientes. Mientras el taiwanés gesticulaba mostrándome su boca riendo y señalándome que quería sacarse comida de entre los dientes, en medio de las risas del resto de los comensales, asentiendo a su requerimiento, me dirigí raudamente a la cocina en busca de este utensilio para terminar luego con esta poca placentera escena. Mientras caminaba por el pasillo hacia la cocina con una bandeja atiborrada de platos, pensaba en como diantres se diría “mondadientes" en inglés. Claro, no quería dirigirme a Trevor y hacerle a él pasar por la misma mímica que había recién presenciado, y tampoco me gustaba la idea de no poder expresarme en inglés. Es por esto que decidí inferir como se diría mondadientes en ese idioma. Deseché la palabra “monda”, ya que iba ser imposible buscarle traducción, pero pensé: “Bueno, los mondadientes están hechos de madera...”, llegando así a la clara idea de un “palito de madera”. Palo en inglés se dice “stick”, así es que utilizar esta palabra podría servir cabalmente para lograr mi objetivo.

Dejé la bandeja, y atiné que para no quedar mal con mi Jefe Trevor por no saber perfectamente inglés, decidí recurrir primero a Richie quien estaba repasando tranquilamente los servicios con un paño.

Me dirigí a él y le dije: “Hey Richie, where can I get some stick tooth?". Él, sin mirarme y concentrado en la pulcritud del cuchillo que estaba limpiando, me dijo que no tenía la menor idea, cuando justo en ese momento entra Trevor a la cocina -a toda velocidad- a lo que Richie levanta su cabeza y le pregunta a la distancia: “Hey Trevor, Where can I get some stick?". Trevor quien lo queda mirando frente a la pregunta, se acerca y con picardía le dice: “I don´t Know, but I need a stick too.....”, a lo cual Richie responde sin mayor reparo:

“Hum.., tell me about it...”.


Ambos rieron y se fueron cada uno por su lado. Yo sin decir nada, me eché a reír distendidamente.


Bueno, los mondadientes nunca llegaron a la mesa. ¡"Filo, con el Taiwanés"!.


Con la risa y ya muy cansado de tanto trabajar, nada me importaba. Además el show estaba en pleno desarrollo y el cliente estaba en medio del ahora oscuro recinto. Por lo demás, los taiwaneses siempre dejaban una pésima propina.

Cada cierto tiempo me acuerdo de esta situación vivida con Richie y Trevor y me comienzo a reír.

Me encanta contar esta historia, sobre todo a quienes trabajan en el área de servicios hospitalarios, a quienes como introducción a mi anécdota, les señalo que si no quieren que les pase lo mismo que a mí, les cuento que mondadientes en inglés se dice: “toothpick”.



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